Arquitectos del Reino del Oeste

Arquitectos del Reino del Oeste nos transporta a finales del imperio Carolingio donde cada jugador representa  a un arquitecto que compite con el resto para impresionar al rey con la construcción de edificios y una majestuosa catedral. Pero, ¡ojo!, los arquitectos rivales no van a permitir que sea un camino fácil y pondrán piedras en tu carrera para impresionar al rey.

Así se presenta este juego de Shem Phllips y S.J. Macdonald, 2 de mis autores favoritos por las mecánicas dinámicas que encontramos en sus juegos y con un diseño artistico de Mihajlo Dimitrievski «Mico».

El juego presenta una fantástica dinámica de colocación de trabajadores muy sencilla en los que simplemente hay que colocar un trabajador en una ubicación y hacemos la acción con la salvedad que, a más peones en una ubicación más recompensas obtenemos. La gracia del juego, y lo que le hace diferente es la acción de secuestrar trabajadores de los rivales. Aquí esta la salsa del juego, en secuestrar grupos de trabajadores rivales, para relentizar su avance y poder obtener monedas si enviamos sus trabajadores a prisión.

En esa acción está la salsa del juego, y quizás su punto débil. Hemos jugado, de momento pocas partidas, 2 a cuatro jugadores, David, Sito, Jesús y yo, con jugadores de inicio iguales, sin usar el modo asimétrico que presentan los personajes y una partida a 5 jugadores donde se unió Juanjo, también con jugadores iniciales iguales. 

En todas las partidas hemos visto una carrera por llegar a lo alto de la construcción de la catedral, que quizás sea demasiado fácil en comparación con la construcción de otros edificios ya que, estos últimos requieren de ayudantes específicos para su construcción mientras que para la catedral sólo nos piden materiales no excesivamente dificiles de conseguir hasta tal punto que el primer nivel de la catedral lo podemos construir en nuestro tercer turno. La última parte de la catedral nos da 20 puntos de victoria que se quedará el primer jugador que llegue a la cima, puntos que se hacen muy dificiles de compensar por el resto de jugadores mediante otro tipo de construcciones. En todas las partidas, el primero que ha llegado al último punto de la catedral ha ganado la partida. 

Otro factor clave es el secuestro de trabajadores de los rivales, esto es el salseo del juego. Colocas tus trabajadores en las diferentes localizaciones de tal modo que procuras no tener un grupo lo suficientemente numeroso para evitar que te los secuetren. Pero esto es lo que hace al juego divertido, secuestrar. Si todos los jugadores van secuestrando peones rivales el juego gana en interacción y en diversión, pero…

¿qué pasa si no todos los jugadores secuestran? En las tres partidas ha habido gente que no ha secuestrado o lo han hecho muy poco y, aunque parezca raro, esto perjudica a aquellos que más usan el secuestro. Si tu secuestras, agrupas trabajadores rivales en 2 puntos, en tu tablero de jugador o en la prisión de tal manera que cuando el jugador quiere recuperar a sus obreros simplemente coloca un trabajador en la prisión y hace la acción que le permite recuperar a sus peones. 

Pero si no sufres secuestros tus trabajadores siguen en las localizaciones del tablero, allí, esperando un secuestro que no llega. Como no te secuestran llega el fatídico momento en el que no te quedan trabajadores para desplegar y tienes que gastar tu acción del turno en recuperar un trabajador del tablero y esperar a que te vuelva a tocar deseando que alguien haya dedicido secuestrarte un grupo de trabajadores porque si esto no pasa, simplemente podrás colocar un peón y esperar al siguiente turno para recuperar otro peón. Y asi hasta que te secuestren un grupo y puedas recuperar de golpe más peones. El secuestro es la mayor diversión del juego y su punto débil si no hay.

CONCLUSIÓN

En definitiva, Arquitectos del reino del Oeste me gusta, pero me deja  ese punto agridulce cuando lo que deberia ser la gracia del juego, el  secuestro, no se usa o usa muy poco. Asi que, recordad, si tenéis  pensado añadir este juego a vuestras ludotecas…. ¡¡¡SECUESTRAD!!! y secuestrad mucho.